Kingarrock es el único campo de golf Hickory que queda en el Reino Unido. Te transporta a casi cien años atrás, una época en la que el golf era un juego de habilidad, estrategia y técnica.
El diseño original se ha modificado ligeramente, alineándolo con las necesidades modernas de seguridad. El viejo campo tenía varios hoyos que se cruzaban entre sí, lo que hacía que muchos jugadores gritaran "¡FORE!" con ánimo de esquivar las bolas voladoras.
Los greenes y sus collarines se cortan a mano, mientras que las calles y los tees se siegan cuidadosamente con máquinas segadoras auténticas del año 1920. No se usan fertilizantes ni riego artificial en ninguna parte del campo, lo que proporciona una sensación más natural, (y, por lo tanto, más auténtica) que la mayoría de campos.